..Aquí comienza el campo inexplorado
Redondo a causa de los ojos que lo miran
Y profundo a causa de
tu
propio corazón
.........Lleno de zafiros probables
..........De manos de sonámbulos
..............
De entierros aéreos

.........................................Parafraseando a Huidobro

Esto no es vida... ni es muerte

Esto no es vida... ni es muerte
Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo

sábado, 26 de julio de 2008

La vida total



El amor es un orgasmo entre dos lágrimas
La lágrima es un lago rodeado de estertores
El estertor es un volcán de viento
El viento es el camino de los cantos
El canto es un misterio de la boca
La boca es un abismo antes del pecho
El pecho es otro abismo entre dos sangres
La sangre es el motor que nutre el acto
El acto es una danza contra el tiempo
Y el tiempo es lo que mide los espacios hasta aquí
enumerados


La cabeza es un nudo sobre el cuello
El cuello es como un istmo entre dos selvas
La selva es el ancestro del desierto
El desierto es un cuerpo ya bebido
Beber no amarga el fuego en la conciencia
La conciencia es otro reloj de arena
La arena hace del cacto un rey antiguo
Lo antiguo nos modela como a un niño
Un niño es el pasado de los cuerpos
Y el cuerpo es un combate que se pierde


Y así



La vida es un espacio exacto entre dos muertes
La muerte es un espacio exacto entre dos fuegos
El fuego es un espacio exacto entre dos fríos
El frío es una llama bajo cero
El cero es el silencio antes del número
El número es el verbo matemático
Lo matemático es el cálculo de la realidad
La realidad es lo único increíble
Lo increíble es lo que no podemos
Y lo que no podemos es lo que queremos.



Patricio Manns... (en "Violeta Parra: la guitarra indócil")

martes, 1 de julio de 2008

La Televisión 4


Me lo contó Rosa María Mateo, una de las figuras más populares de la televisión española. Una mujer le había escrito una carta, desde algún pueblo perdido, pidiéndole que por favor le dijera la verdad:
-"Cuando yo la miro ¿usted me mira?"
Rosa María me lo contó, y me dijo que no sabía qué contestar

Eduardo Galeano